Dos productos tan diferentes podrían sonar como una nueva fase de la rutina dermocosmética habitual. Bastantes productos nuevos llevan la leyenda de booster o sérum en sus nombres y crean confusión de cuál es el mejor o el más rápido en eficacia y resultados. En el #HautBlog de hoy debatiremos la diferencia entre un booster y un sérum para que podamos ayudarte en la elección de tu rutina.
Un disparo a tu piel
Aunque el booster y el sérum son ambos productos de altas concentraciones de ingredientes activos, actúan de manera diferente y tienen una entrada distinta en una rutina diaria y en la forma en la que los combinas con el siguiente paso y/o producto de tu rutina de skincare.
Tal como lo indica su nombre, un booster actúa como fuente de precisión a un problema específico de la piel; por ejemplo, si tu piel tiene pigmentaciones o zonas extremadamente secas que necesitan un disparo de hidratación o luminosidad puedes usar este producto para acelerar la recuperación o la acción contra de la afección presentada. Un booster contiene mayor concentración del activo clave para lo que es destinado el dermocosmético y sus resultados suelen ser más rápidos y satisfactorios.
Ventajas y desventajas de un Booster
Otro de los beneficios de usar un booster se encuentra en su consistencia, donde también se encuentra una desventaja; al tener una consistencia líquida puede adaptarse a tu siguiente paso de rutina: la crema. Puedes mezclar ambos productos para aumentar su tolerancia en pieles sensibles y atópicas. Incluso, algunos de estos dermocosméticos pueden actuar en combinación con tu contorno de ojos. Para hacer esto es importante consultarlo con tu dermatólogo de confianza.
La desventaja en su consistencia es que no se adapta a tipos de piel; al ser específicamente para una afección en la piel, su consistencia lo hace un vehículo más rápido para llegar a capas más profundas de la piel haciéndolo innecesario para adaptarse a pieles grasas y/o secas.
Concentrados específicos
El sérum por su parte responde a más preguntas como tipo de piel, consistencia y suele tener muchos más ingredientes que acompañan a uno principal para que pueda tener un efecto global en la piel. Un sérum tiene más variedad en sus consistencias y en su catálogo, existiendo sueros antioxidantes, anti-edad, despigmentantes, regeneradores, etc. Mientras un suero responde a temas más generales de la piel (aunque no quiere decir que no pueda enfocarse en específicos) un booster aporta una acción específica y rápida (en su mayoría focalizada).
¿Cuándo usar cada uno?
La mejor recomendación te la puede dar tu dermatólogo, pero una pregunta que yo me hago antes de saber cuál elegir es en mi urgencia de utilizarlos. Si veo que el día se encuentra muy contaminado y voy a una entrevista de trabajo, lo más seguro es que termine eligiendo un booster antioxidante para mejorar la apariencia de mi piel y lo completaría con una crema que matifique mi rostro (pues soy piel grasa). Si en la noche voy a utilizar el celular o al salir de bañar siento el rostro reseco, un booster disminuirá el efecto de resequedad en la piel y podría protegerme de los rayos azules antes de irme a dormir.
En cambio, si me encuentro dentro de un tratamiento que necesita un seguimiento y es específico para mi piel, seguiré con los sérums. La diferencia entre más en que un booster no es una necesidad, si no para aumentar efectos y complementar la rutina de acuerdo con mi necesidad inmediata y un sérum es parte de un tratamiento diario y responde al estado de mi piel.
¿Booster o sérum?
Nuestra recomendación general es escuchar a tu piel y encaminarte en el mundo de los productos dermocosméticos con tu dermatólogo; si está dentro de tus posibilidades, explora este mundo comprando mascarillas de efecto booster o sérum concentrados; a veces las diferencias no son claras, pero si logras dominarlo, tu piel se elevará al siguiente nivel utilizando los activos que realmente necesitas.
Para más información de nuestros dermatólogos visita https://www.hautklinik.mx/ y agenda una cita.
