La limpieza facial es el paso más importante de toda rutina dermatológica. Entre más pasa el tiempo, la versatilidad de este producto ha respondido a diferentes necesidades como tipo y condiciones de piel; aún así, la limpieza sigue innovando y sorprendiendo con nuevas prácticas como la limpieza doble, incrementando la eficacia de detoxificación y purificación de este paso. En este #hautBlog te introduciremos a esta práctica; y si ya la conocías, te ayudaremos a entenderla mejor.
¿En qué consiste una limpieza doble?
Tal como su nombre lo indica, consiste que, de preferencia en las mañanas, se limpie el rostro con dos dermolimpiadores diferentes: el primero de base oleosa o aceite y el segundo de base acuosa (geles, jabones, leches, aguas micelares). Esta limpieza se recomienda en las mañanas para eliminar cualquier resto de maquillaje, grasa o producción de células muertas que no se hayan eliminado en tu rutina de skincare nocturna y que pudo producirse en tus horas de sueño.
Primer paso
El primer paso consiste en aplicar el limpiador en aceite de tu preferencia, estos productos se encuentran cargados de componentes hidratantes y gentiles que remueven cualquier maquillaje a su paso y además se encargan de los contaminantes que se adhieren diariamente a tu piel. Cualquier tipo de piel puede usarlo masajeando gentilmente la zona de rostro, cuello y escote. Incluso pieles grasas y mixtas (que generalmente le temen a los aceites) pueden usarlo ya que su mecánica no adicionará grasa a tu piel.
Segundo paso
Después de haber enjuagado correctamente la piel, llega el turno de tu gel, jabón o agua micelar favorita para remover cualquier partícula de maquillaje restante o contaminante que el aceite no logró desterrar completamente. Es necesario que este segundo limpiador corresponda totalmente con tu tipo de piel y, si cuentas con un aparato de limpieza, lo utilices considerando la sensibilidad de la zona cutánea. Para encontrar tu dermolimpiador perfecto puedes apoyarte de un especialista y/o dermatólogo.
¿Tercer paso?
No existe un tercer paso a seguir, pero tenemos listas algunas recomendaciones si es que decides implementar esta práctica en tu rutina diaria:
- La limpieza de ojos se debe realizar aparte si es que es extremadamente sensible. Utiliza un desmaquillante acorde a la condición de tu piel, recuerda que esta zona es diez veces más sensible que la de tu rostro.
- Complementa esta rutina con una esencia o tónico que regule el pH de tu piel para prepararla antes de recibir las bondades de un suero y tu piel no se sienta vulnerable en este tiempo de espera. La implementación del tónico también disminuye el tamaño del poro, calma e hidrata tu piel.
- Como nos gusta recordar, por favor, no olvides tu protector solar.
¿Quién puede aplicarla?
Una piel bella y limpia es resultado de una rutina de limpieza inquebrantable que se encuentre adaptada a tu estilo de vida y a lo que necesita tu piel. Ya que se trata de un paso dual, debes saber que por ser una doble limpieza no imposibilita a ningún tipo de piel siempre y cuando estos correspondan a esta. Por ejemplo; si tu dermatólogo considera que tu piel es sensible, deberás usar únicamente productos con etiqueta adaptados para ti.
Existen en nuestro catálogo productos que pueden ayudarte a implementar esta nueva de-construcción en tu rutina diaria. El segundo paso es importante que sea bajo recomendación de un experto. Puedes usar nuestra caja de comentarios para que describas tu experiencia utilizando esta rutina doble de limpieza.