Historia del cuidado de piel: egipcios

¿Qué tanto ha viajado la belleza y en qué momento se enfatizó tanto el lucir digno para los dioses? Viajar en el tiempo no solamente nos hace recordar, también analizamos el principio y nos damos cuenta que las cosas no han cambiado realmente tanto.

En el #hautBlog de hoy y en el futuro, viajaremos al inicio del skincare y la belleza para entretenernos, disfrutar de las imágenes y después compararlo con la actualidad. Así que prepárate a retroceder al 3500 a.C. con la cultura egipcia.

La cuna de la belleza

El cliché más grade de la industria cosmética reside en la extravagancia de los egipcios; pues por años nos han inspirado a jugar con los colores y cuidar nuestra piel del clima.

De hecho, la razón principal por la que los egipcios comenzaron a  crear productos que pudieran protegerlos de los extremas cambios climáticos del entorno fue debido a sus actividades principales como nobles y escribanos: la cosmética no veía clase social.

Debido al clima seco, la exposición directa al Sol y a las corrientes de aire caliente directas en el rostro, la piel de los egipcios se presentaba seca y con falta de hidratación y nutrición, así que los aceites y cremas que fabricaban se componían de aceites esenciales como oliva, sésamo, moringa y castor; así como miel y leche principalmente.

Más limpio, más digno de los Dioses.

¿Tienes en la mente a Cleopatra tomando un baño de leche? Pues la imagen puede ser bastante real ya que la limpieza del cuerpo y el rostro eran indispensable, no solamente para la realeza, pero para cualquier persona que quisiera participar en alguna ceremonia religiosa.

No solo la belleza era mágica para los egipcios, significaba ser digno de algo, en este caso, el crear la dignidad de poder conectar con alguna ceremonia era estar limpio y bello (hablamos del concepto de belleza egipcia), así que la creación de jabones derivados de los mismos aceites también fue posible gracias a esto.

Maquillaje mágico.

Delineador negro y colores turquesa, azules y verdes fueron las tendencias que pudiste notar en Liz Taylor, así como pelucas. Los egipcios solían raparse completamente la cabeza para colocarse pelucas y dibujar en sus ojos un delineado específico que los hiciera ver con un perfil parecido a las almendras.

La manera de crear estas tintas negras fue gracias al procesamiento de metales pesados ricos en sal llamado Kohl y la incorporación de henna en pigmentos de uñas y cabello; ellos creían que el maquillaje te acercaba a los Dioses y el predominio de tonos azules en sombras de ojos, compuestas por malaquita pulverizada, repelían la mala suerte y el mal augurio.

Incluso se podía usar la henna y el índigo para poder otorgar una coloración rojiza a las pelucas que usaban y a sus mejillas y labios, también ayudando como acondicionador y base de pigmentos. Además, usaban antimonio para poder dibujarse cejas.

Mascarillas y corporales

Ya que la exposición de Sol provoca envejecimiento prematuro y, considerando que el promedio de vida estaba en 40 años, los egipcios crearon ceras a base de jugos de plantas y de la misma tierra como un concentrado que en estos momentos llamaríamos mascarillas de barro.

Y, por último, para poder neutralizar los malos olores que el trabajo y la vida cotidiana egipcia provocaba, se crearon desodorantes a base de plantas e inciensos para mejorar la esencia.

Conclusión

La belleza ha respondido a algo más allá de verse bien, el placer de usar maquillaje y de tener sanidad en la piel es evidente en todas las civilizaciones antiguas, pero, en el caso de la egipcia no solamente responde a una necesidad de protección, también a un aspecto ceremonial y, en cierto modo, a una homogeneidad.